martes, mayo 10, 2011

reconozco que todos mis días discurren a partir de un personaje, el mío, y que con estas ideas mucho no avanzo, pero mi etapa de observación, que es la que estoy transitando, tampoco me deja mucho más que un arrope angustioso como sensación principal.
Pasan meses, años, y cambio siempre intentando darle un vuelco positivo a mi historia, viajo siempre intentando renovarme un poco en nuevas miradas e historias, escribo y canto para hacer de esta historia mía un juego más ameno.
Pero de poco sirve, y de poco ayuda la propia creatividad cuando la mayoría de las ideas fantásticas que mi cerebro hilvana, se pierden en el fugaz pasar de la aspiradora que me deja amnésica.
Desde la ventana del Bondi, antes de bajarme, veo a un nene, parado en una fuente de agua vacía levantando los brazos, y me imagino a mi haciendo lo mismo. Al instante me bajo y desde la vereda de enfrente sigo mirándolo, lo envidio de tal manera que hasta dudo ir hasta la esquina para cruzar la calle y copiarme.
Pero estoy llegando tarde entonces me quedo pensando en el camino por qué siempre que nos paramos a mirar al cielo, levantamos los brazos intentando alcanzarlo, o mínimamente elevarnos un instante del suelo como lo hacen los pájaros.
Y es por eso mismo, toda la envidia que le tengo a los pájaros, hermosos volátiles coloridos. Envidio de ellos hasta su pico, sutil y práctico.
Tendría que escribir horas para llegar nuevamente a los pensamientos que me revolotean la cabeza. O bien anotarlos, pero andar todo el día con papel y lápiz en la mano no es para nada cómodo.
Tengo y siento mucha angustia, además se que no soy la única, pero eso tampoco me consuela.
Voy a volar por alta mar, yo damisela del viento brillante, y voy a comer fruta de los árboles mas grandes. Voy a dejar que mi cuello se alargue hasta alcanzar a la jirafa que es tan linda y la voy a acompañar en su pesca herbívora de hojas frescas. Y del río mas claro me voy a llevar la humedad en la piel, bañándome en su lluvia, como lo hacen los elefantes en verano.
Transgredir en el sentido mas puro de la palabra, y esperar a que llegue con calma el día en que mis añoranzas se me concedan, en que mis palabras suban a un nivel mas, y puedan hacer contacto con emociones que no conozco. Voy a esperar por todo eso, con paciencia ZEN, voy a esperar por mi verdadero papel en la historia, por mi verdadera ansia de despertar a la mañana sin tener que empujar la pared, por la compañía exacta, por el viaje perfecto. Yo también quiero ser pasajera VIP de todo esto, yo también quiero casar mi guitarra y hacer temblar bombachas con mi música. Aprender para poder luego enseñar lo que mas disfruto. Tengo que esperar y seguir avanzando.

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